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    Expertos dicen que la calidad de las grasas importa más que la cantidad

    By Keith R | March 3, 2009

    Topics: Food/Beverage Issues, Health Issues | No Comments »

          
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    Desde el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP):

    Expertos a nivel mundial acuerdan que la calidad de las grasas que se consumen es más importante que la cantidad

    Dentro del marco del 13 Congreso de Investigación en Salud Pública organizado por el Instituto Nacional de Salud Pública, el Dr. Ricardo Uauy, Presidente de la International Union of Nutritional Sciences (IUNS), presentó los resultados de la Declaración de la Reunión Internacional de Expertos acordada y firmada por 40 de los más altos expertos mundiales en el campo del estudio de las grasas, la nutrición y la salud, que se llevó a cabo en Barcelona, España, el pasado mes de febrero del presente año.

    La Declaración incluye las recomendaciones más actuales para un consumo óptimo de grasas en la dieta. Además, de ofrecer sugerencias de cómo las personas pueden llevar a cabo dichas recomendaciones.

    “Investigaciones recientes han demostrado que la población está confundida respecto al consumo de grasas, en particular, sobre si deben dejar de incluir todo tipo de grasas en la dieta porque está convencida de que todas las grasas son malas”, señaló el Dr. Uauy.

    Por otro lado, la calidad de las grasas en la dieta de la mayoría de la población, no corresponde a un consumo saludable y adecuado. Lo anterior significa que en general, el consumo de grasas saturadas (poco saludables) es muy alto, mientras que el consumo de grasas esenciales (saludables) es bajo, lo que tiene consecuencias en la salud y en el bienestar de niños y adultos.

    “Las grasas esenciales son denominadas así porque el organismo humano requiere de ellas todos los días pero no las puede fabricar, de modo que las personas deben consumirlas como parte de una dieta diaria saludable. Más aún, se requieren ácidos grasos esenciales para un crecimiento y desarrollo sano, así como para mantener el corazón y las arterias saludables”, agregó el Dr. Uauy.

    Las fuentes principales de grasas esenciales se encuentran en los aceites vegetales, como girasol, soya, canola o linaza, así como en productos derivados de los mismos, como margarinas, aderezos y mayonesas. Otras fuentes importantes son las nueces y semillas.

    La mantequilla contiene niveles muy bajos de ácidos grasos esenciales. Las margarinas suaves de alta calidad contienen casi 20 veces más ácidos grasos esenciales que la mantequilla y, las margarinas líquidas de alta calidad, casi 4 veces más ácidos grasos esenciales que el aceite de oliva.

    En México, de acuerdo a datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2006, la población mexicana en promedio, tiene un consumo de grasas totales que va en línea con las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales de salud, es decir, entre 20 y 35% de la energía total que se requiere consumir en el día.

    “Sin embargo, cuando se trata de la calidad de grasas, la historia es distinta pues la población mexicana consume más grasas saturadas (grasas malas) de las que están recomendadas, ubicándose en aproximadamente del 11% de la energía total, esto es, más de lo recomendado, lo que coloca en una situación de riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la dieta, como son las enfermedades cardiovasculares y las cerebrovasculares”, indicó el Dr. Salvador Villalpando, Director de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública.

    Con respecto al consumo de grasas poliinsaturadas (grasas buenas) entre la población mexicana, éste se encuentra dentro de los niveles recomendados, lo que podría ayudar a la prevención de enfermedades crónicas e incluso llegar a ser benéfico para la prevención secundaria de algunos de estos padecimientos, sin embargo, el efecto positivo puede verse disminuido por el elevado consumo de grasas malas.

    Dentro de las Recomendaciones derivadas de la Declaración de la Reunión Internacional de Expertos, está el hacer sencillos cambios en la dieta como sustituir productos lácteos elaborados con leche entera por productos bajos en grasa o descremados, carnes con grasa por carnes magras y pescado y, el uso de aceites de origen vegetal, en lugar de grasas saturadas de origen animal en la preparación de alimentos y en los productos alimenticios. Asimismo, usar margarina suave de alta calidad, en lugar de mantequilla.

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